Nuestra primera parada en Galicia está situada en la orilla occidental del río Eo, que separa Galicia y Asturias. La ciudad portuaria de Ribadeo es, pues, el municipio más nororiental de la comunidad autónoma. Ribadeo es especialmente conocido por la Praia das Catedrais, que causa un número tan alto de visitantes, que hay que registrarse en línea para poder visitarlo.
En Ribadeo fuimos primero a la Illa Pancha, una pequeña isla al oeste del estuario, que está conectada por un puente estrecho al continente. Hay dos faros: el antiguo faro de 1857 y el nuevo del último cuarto del siglo XX en el norte de la isla.
Después, estábamos tomando el sol en la Praia dos Bloques, una playa urbana de Ribadeo, donde estábamos solos a pesar de las temperaturas altas. La playa de arena en el sur del puerto de Mirasol, que tiene sólo 120 metros de largo y 25 metros de ancho, no tiene Bandera Azul a pesar de las aguas tranquilas y las instalaciones extensas (cestas de papel, duchas, aseos, estacionamiento, espacio verde , etc.).
Justo al sur de la fortaleza Forte de San Damián está el parque etnográfico O Cargadoiro, los restos de un antiguo muelle de carga comercial, donde los trenes descargaron su carga. Una grúa retiró la carga del tren y la colocó en los barcos que esperaban abajo. Esto facilitó el proceso de negociación para los barcos más grandes, dado que ya no tenían que entrar en la ría o esperar la marea.
A partir de 1927, el ferrocarril se utilizó para el transporte de pasajeros, hasta que finalmente fue desmantelado en 1966. Hoy en día hay una pasarela en este punto, que es popular debido a su paisaje hermoso como un «lugar selfie». Desde aquí también se tiene una buena vista al Ponte dos Santos, que conecta las costas de Galicia y Asturias.
Luego entramos en el casco antiguo, que se concentra en torno a la Praza España. Aquí, junto a la iglesia parroquial de Santa María do Campo, que surgió de un monasterio franciscano en 1835, se encuentra el edificio más representativo de Ribadeo: la Torre dos Moreno, una típica casa india diseñada por el arquitecto Julián García Núñez y el ingeniero Engel Ardex, y construido en 1915 en el estilo ecléctico. El edificio modernista de hierro y hormigón ha sido un bien cultural desde 1997.
Conseguimos una cena vegana en Amodiño. El bar con tienda integrada concede gran importancia a los alimentos ecológicos, sanos y naturales y por lo tanto se centra en productos orgánicos, de proximidad y de comercio justo. Estos se pueden comprar para llevar o uno puede probarlos in situ en el pequeño restaurante. No sólo vegetarianos y veganos encuentran aquí su sitio, sino también celíacos.
Otro hito se encuentra a diez kilómetros al oeste del centro de la ciudad de Ribadeo: la Praia de Augas Santas, más conocida como Praia das Catedrais. A la playa se le dio este nombre turístico debido a sus extraordinarias formaciones rocosas naturales que se asemejan a los arcos ascendentes que se encuentran en las catedrales góticas. En consecuencia, se llena de gente: Cada día, hasta 20.000 personas visitaban la playa de arena fina de apenas un kilómetro de longitud.
Puesto que los ecologistas han advertido durante mucho tiempo de las consecuencias de los muchos visitantes por la flora y la fauna, se ha permitido un máximo de 4812 personas por día desde el verano de 2015, después de que colas de dos kilómetros de personas se habían formado en Semana Santa. Este número de visitantes se considera «sostenible». Para la temporada alta durante la Semana Santa y entre el 1 de julio y el 30 de septiembre de cada año, es necesario reservar una autorización gratuita de acceso en línea (máximo 90 días de antelación).
Esta regulación todavía bastante nueva es controvertida entre los residentes. La restricción perturba a algunos, otros se ven apenas afectados, ya que alrededor de Ribadeo todas las playas son hermosas y mucho más aptas para el baño. Eso lo vemos similar: Esta playa especial sin duda vale la pena ver. Para nadar y tomar el sol, sin embargo, preferimos las playas con menos muchedumbres de turistas.
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